Por Diego Marr
9 Septiembre 2022
Borrar lo que pasó: Una meditación sobre la memoria y el olvido
En algún rincón de mi alma, donde la memoria se entrelaza con el dolor y la esperanza con el desencanto, nació la canción Borrar lo que pasó. Esta no es simplemente una melodía; es un viaje introspectivo a través de las sombras del pasado, un intento por domesticar los recuerdos que se adhieren a la piel como una segunda naturaleza, imposible de desprender.
Al escribirla, me encontré frente al espejo de mi propia historia, donde la imagen reflejada no siempre era la que quería ver. Como un espejismo en medio del desierto, los recuerdos de aquella época tóxica se mostraban nítidos, persistentes, negándose a desvanecerse con el paso del tiempo. Sabía que había llegado el momento de cambiar, de liberarme de las cadenas invisibles que me ataban a una relación insana, a una vida que, como una droga insidiosa, me consumía lentamente. Sin embargo, la adicción al pasado, a esa parte de mí que todavía se aferraba a lo conocido, me impedía soltar el lastre que ya no podía seguir cargando.
En Borrar lo que pasó, se despliega el conflicto entre lo que fue y lo que es, entre la necesidad de avanzar y la incapacidad de olvidar. La canción es un reflejo de esa lucha interna donde, como en un juego de luces y sombras, la memoria se vuelve un campo de batalla donde el pasado y el presente se enfrentan sin tregua. Es una exploración de la dualidad humana: el deseo ardiente de dejar atrás lo que nos lastima y la imposibilidad de borrar lo que una vez fue tan intensamente vivido.
La inspiración para esta canción surgió en un momento de desesperación, cuando me vi confrontado con la dura realidad de que no se puede borrar el pasado como si fuera una simple mancha en un lienzo. Cada intento por hacerlo, cada esfuerzo por desdibujar los contornos de esos recuerdos, me llevaba inevitablemente a enfrentar la verdad: que hay recuerdos tan profundamente arraigados que, lejos de desaparecer, se convierten en parte integral de quienes somos. En el fondo, la canción no es solo sobre una relación fallida; es sobre la batalla constante entre lo que queremos dejar atrás y lo que, para bien o para mal, inevitablemente nos sigue acompañando.
Borrar lo que pasó es, en esencia, una meditación sobre la memoria y el olvido, sobre cómo los recuerdos moldean nuestra percepción de la realidad y, a su vez, cómo esa realidad se ve filtrada por lo que elegimos recordar. La portada de la canción, con su simetría entre la luz y su reflejo, encapsula esta lucha: la tensión entre lo que deseamos olvidar y lo que, pese a nuestros esfuerzos, se niega a ser olvidado.
En estas líneas melódicas y versos cuidadosamente elegidos, he intentado capturar la esencia de esa dualidad, la profunda tristeza de querer olvidar y la resignación al aceptar que algunos recuerdos, por dolorosos que sean, son simplemente imborrables. Porque, al final, Borrar lo que pasó no es solo una canción; es un espejo de mi propia alma, de mi lucha interna, y de la reconciliación, si es que existe, entre el pasado y el presente.
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